dissabte, d’octubre 19, 2013

LAGRIMA SECA. LITA CABELLUT / GERARDO GIL



Tal i com ja varem comentar , en el decurs dels propers post anirem desgranant el majestuós escrit que el bon amic Gerardo Gil ha realitzat per a l’exposició  “Dried tear” que Lita Cabellut, l’artista emergent del moment inaugurava ahir mateix a “Opera gallery” de Singapur.

De la vàlua de Lita Cabellut tots en varem ser conscients quan abans de l’estiu presentara la seva obra a la Fundació Vila Casas. De la importància d’Opera gallery tot queda clar visitant el seu web o observant les seves ubicacions en indrets tals com París, Londres, Singapur, Seul, Mònaco, New York, Hong Kong, Dubai, Ginebra o Florida.

En aquesta conjunció apareix l’escrit de Gerardo Gil, escrit sota la flaire del Maresme , a Vilassar de Dalt , i ves a saber si inspirat en les exposicions i/o estudis que ha anat visitant per les nostres contrades , com per ex. ahir mateix que amb tota senzillesa, es va acostar a veure la magnífica expo de Miquel Arnau a la Casa Gòtica d’Argentona , departint amb la seva bonhomia amb amics i coneguts.

Un escrit el que publicarem en tres o quatre capítols, que és de digestió lenta per la seva profunditat. Un escrit per assaborir a petits glops , que ens permet endinsar-nos en el profund eix del pensament creador de l’artista. Un escrit que explicita les raons d’una genialitat. Un escrit que no us heu de perdre.

( Les fotos que acompanyen el post corresponen a l’acte inaugural que va ser un veritable esdeveniment social a Singapor i son una gentilesa de l'autor del catàleg).





LÁGRIMA SECA


"Cada cuadro que pinto contiene una pequeña historia,
cada trazo una frase y una sílaba cada pincelada"...

LITA CABELLUT
                                                                                                                                                                             NEXOS

Existe una relación implícita en la obra de Cabellut entre el "método" aplicado en su pintura y su concepción del universo, que tiende hacia una visión global y un reconocimiento del pasado, convertido en testigo silencioso de los cambios y desarrollos del presente, mediante un flexible equilibrio entre Oriente y Occidente, atravesado por un lenguaje estético que nos descubre plenamente las conexiones entre ambos. Las fuerzas del "yin" y del "yang" convertidas en una alternancia de conceptos, que implican transformaciones, metamorfosis, matices y gestos en constante movimiento, para revelarnos ese viaje en busca de lo esencial, creado a partir de superficies y texturas nuevas en los lienzos e imponiendo la luz sobre la oscuridad, el énfasis sobre la representación, el contraste de colores sobre nuestras emociones, todo ello dentro de un boomerang, que sirve como hilo conductor transparente entre dos culturas.

Partiendo de este contraste entre conceptos, imaginariamente fundidos en la serie "Lágrima Seca", accedemos a un universo secreto, mediante una secuencia compleja de surcos, poros y estrías por donde poder penetrar y descubrir una nueva e insólita aproximación a la función mágica de la pintura. La facultad de poder elegir entre la belleza invisible y lo bello visible supondrá un reto muy arriesgado para nuestros sentidos, un juicio relacionado con la materia, donde la propia naturaleza de la representación artística, desaparecerá, diluyéndose e identificándose con nuestra propia imaginación. Una acción en la que la artista se expresa de forma directa mediante una combinación entre el consciente y el subconsciente, entre el contenido y la forma de la obra. Aquí lo que importa es la postura frente a ese mundo imaginario, sin principios éticos ni corrientes estéticas, donde nos subyuga su resultado final. La lectura del "ojo sólido-lágrima seca" de ese proceso transfigurativo, su análisis conlleva una clasificación establecida por los NEXOS que fluyen entre el objeto y su imagen, entre un concepto y un texto pictórico con figuras alegóricas, representaciones narrativas, ciclos e interpretaciones subjetivas. La iconografía es sólo posible cuando las obras pictóricas poseen una argumentación y una base lingüística propias, que nos permita interpretar su potente significado simbólico, como es el caso de los treinta cuadros que componen ésta serie, donde se desarrolla un "método" esquemático muy aproximativo que nos permite determinar su iconografía a partir de modos de conducta universales e individuales.




Algo sí está más claro y es que frente a su obra nos sumergimos en un luminoso claroscuro, volcado hacia lo absurdo y sus consecuencias o como Cabellut sugiere, un Imperio hundido en la histeria de la ignorancia, perdido en la espiral de su propia esquizofrenia. Los personajes representados en los cuadros, asisten a nuestra propia representación, en busca de una hipotética inmortalidad, transmiten emoción, tensión, tristeza y fuerza e intuimos en ellos un grito de alarma, de protesta y de libertad, que traspasa las imágenes como en un espejo, donde los NEXOS imaginarios se desintegran en los ficticios espejos de las telas, inundadas de un barniz transparente, para configurar simultáneamente su propio simulacro, devolviéndonos nuestra propia representación, que permanecerá enquistada en nuestro subconsciente para siempre, ayudándonos a ampliar nuestra sensibilidad y nuestra percepción de la vida.




Una fascinación compartida: el descubrimiento de una cultura oriental, con una estética y una visión del mundo aparentemente distantes, pero que a través del arte, estableció un rico diálogo con la sociedad de toda una época, la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, donde iniciativas tan influyentes como la Exposición Universal de 1888, Siegfred Bing y el "Art Nouveau" o Bracquemond, dejaron su huella en la obra de artistas del post-impresionismo, simbolismo y modernismo  e incluso en las nuevas vanguardias. Una gran riqueza de propuestas estéticas en obras tan diversas como las de Marià Fortuny y sus "Fantasías Japonesas", las "Cerámicas Orientales" de Pablo Picasso o las xilografías de Edvard Munch, Joan Mirò, Kirchner y Hockel. Una corriente que aportó temas, técnicas y formatos dentro de un poema dirigido a Occidente, que descubrió todo un mundo de ideas y formas.





Sumergiéndonos en la serie "Lágrima Seca", donde los retratos de Cabellut se convierten en un inmenso paisaje oriental, advertimos su coherencia con el texto de Bing, "Le Japon Artistique", publicado en 1888,  donde señalaba la necesidad de diferenciar entre el verdadero arte y los productos vulgares que imitaban obras magistrales. La pasión por lo raro y extravagante, por lo exótico, nada tiene que ver con los cuadros de ésta serie. No son imitaciones ni humillantes pastiches de otras obras, sino una respuesta estética coherente, un reconocimiento aristocrático, que realza paradójicamente el carácter popular de un arte distante, encuadrándolo en su propia iconografía.


No hay narración, ni siquiera representación, sólo interpretaciones subjetivas interpretándose a sí mismas, cuyos conceptos fluyen como metáforas disfrazadas, luchando por transmitirnos su forma de pensamiento. Están detenidas en el tiempo, pero podemos insuflarles vida a través de sus cavidades infinitas, introduciéndonos entre los canales de sus venas. "Las cicatrices son realmente venas que tienen las telas, mi obsesión es darles piel a los personajes que retrato. Después van mis pinceladas" señala Cabellut. Un viaje que exige mucha concentración, toda nuestra invención y colaboración creativa, para simplemente conseguir caminar por ellas. Son el reflejo de un mundo representado en un gran espejo, que debemos atravesar para introducirnos en un desierto donde nuestra imaginación deambulará  libremente por otros mundos imaginarios.




Cada cuadro se desdobla en otra réplica, que insinúa una nueva visión del significado del anterior, como en un juego de espejos, un vaivén compuesto por varias ramificaciones del discurso, donde nos enfrentamos a las lágrimas, al reto, a la verdad o la ilusión, como en una parodia sustentada por una cuestión matérica: las diferentes capas de pintura que se van añadiendo a los lienzos, para borrar decididamente el origen del pensamiento. Como sí fuera la teoría nietzscheana del "eterno retorno", convertida en parodia de todas las teorías posibles. El objetivo consiste en contrastar a través de sucesivas deformaciones paródicas, un cruce de culturas que plantea y cuestiona por dónde deben de ir los designios de la humanidad, cual es su condición, qué barreras deben trastocar, qué límites vencer o cómo reconstruir un nuevo dominio, desde donde la ley se regule por nuevas leyes, por leyes contra la ley, haciendo germinar con más ímpetu nuestra admiración al tributo de una artista hacia otro mundo, que seguirá  reflejándose en el espejo de nuestra propia dispersión, con una suave inflexión.


El fuerte contenido de las imágenes, disgrega la línea narrativa de un lenguaje, donde no se aplican límites formales a lo que no tiene límites, donde las viejas relaciones entre signo y significado, entre significante y símbolo, ya no existen, ya no tienen ningún valor, porque vienen renovadas por la fuerza de la imposición de otra lógica mental sobre la realidad, que incluso comienza a resultarnos familiar, al revelarnos el máximo principio oriental de la pintura, donde siempre prevalece la falta de "método", el "método del no-método", como axioma insustituible en la praxis del arte.



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Gerardo Gil